Desde que su madre murió, Amy Whalen ha
sido invisible, pero no en la manera de súper-poder. Pasada por alto en la
escuela e ignorada en casa, Amy se aferra a sus pocas constantes: correr,
pintar, y a su amor platónico desde hace mucho tiempo, el dios del fútbol,
Chris Kent. Pero a medida que se acerca el último año, Chris no sólo se dio
cuenta de ella, él la necesita. Amy estará de acuerdo con casi cualquier cosa
para estar con él.
Todo es genial, casi genial, hasta que Luke Parker aparece
para las pruebas de fútbol y ve a través de cada una de las defensas de Amy.
Cuando Luke decide que quiere el lugar de Chris en el equipo de ser capitán, su
rivalidad se sale de control. No ayuda que Luke también quiere a la chica que
Chris mantuvo oculta durante todo el verano: AMY.
Nuestra protagonista Amy considera un Dios a Chris quien es el chico popular de la escuela y hace pensar a Amy que le interesa tanto como amiga y algo mas. Hasta que Llega Luke quien rápidamente conecta las acciones de Chris y sabe lo que se trae entre manos. Luke decide advertirle a Amy de una manera no tan directa para que no salga lastimada, pero Amy no confía en el chico nuevo.
Luke y Amy de alguna forma se convierten en amigos, pasan tiempo juntos y Amy empieza a confundir sus sentimientos hacia Chris por Luke, debido a que comienza a ver la realidad de las cosas, pero Chris no se dará por vencido. Chris es un patán, Amy una niña ilusa cegada por promesas jamas cumplidas y Luke (me encantó) el guapo y divertido héroe de la historia tanto para Amy como para la escuela.
Continúa con...
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